Muchos sabían de su existencia, muchos lo buscamos en vano alguna vez espiando por las rendijas de los imponentes edificios abandonados del Complejo hotelero de Chapadmalal, muchos creíamos en que iba a acabar vandalizado e irrecuperable pero afortunadamente alguien entendió a tiempo el valor que tenía.
Nos referimos al único ejemplar de colectivo que sobrevivió de la extinta Fundación Eva Perón. Acá no hay grieta: dejando la política de lado, esta unidad es una joya que pertenece al patrimonio de nuestro país (a todos) y merecía ser recuperado.
Así lucía el bus en 2016, olvidado en Chapadmalal.
Se trata de un ómnibus Mercedes-Benz Type 0-6600H fabricado en 1952 en Alemania y que formó parte de una flota de unidades que cumplían con el servicio de traslado de pasajeros que veraneaban en la Unidad Turística Chapadmalal.
Dicen que a instancias de la llamada Revolución Libertadora, la mayoría de ellos fue vendido o desguazado, pero este ejemplar permaneció indemne e incluso con su motor en funcionamiento hasta la década del 90, cuando quedó guardado en una cochera del balneario.
Algunos fotógrafos lograron en los últimos años dar cuenta de su estado de abandono, cubierto de suciedad y de excremento de palomas, y a escasos metros del salitre del mar.
Cubierto de tierra y excremento de palomas.
Las imágenes de 2016 lo mostraban sucio pero con menos faltantes y roturas que los que acabó teniendo hasta que se tomó la decisión de volverlo a la vida: tenía sus faros, sus vidrios sanos y su espejo retrovisor, por citar algunos elementos.
En agosto de 2021, a Daniel Collelo, que desde 2010 trabaja en la Unidad Turística de Chapadmalal restaurando muebles, le fue encargado el trabajo de puesta en valor del micro, algo que encaró solo y de manera artesanal.
“Tuve que reconstruir todo a mano, porque no hay repuestos. Hubo que adaptar algunas cosas por repuestos similares. Fue un laburo que hice yo solo, cada tanto con algo de ayuda de mis hijos y nietos”, le confesó a la agencia NA.
El Mercedes-Benz estaba olvidado, hasta el año pasado que salió para ser recuperado.
Al haber sido propietario de un taller de chapa y pintura, Colello -de 66 años- encaró sin dudar la tarea de de devolver a la vida este emblemático ómnibus.
“Me decían ‘¿vas a poder arreglarlo?’, y yo les decía que sí, estaba confiado, porque sabía que le iba a poner todo mi amor al proyecto”, dijo tras un año en el que logró cumplir con el cometido.
Tuvo que adaptar partes, recrear otras y conseguir algunas que le faltaban como por ejemplo el emblema de la marca germana, que había sido robada. Y si bien los tapizados se coservaban, contó que para darles su brillo original estuvo cerca de un mes limpiándolos con silicona.
El trabajo que hizo Colello fue artesanal, dentro del mismo complejo.
A partir de ahora, el Mercedes-Benz Typ 0-6600H será sin dudas la atracción más importante del Museo, y los visitantes podrán subirse, sentarse y tomarse fotos junto a él. El presidente Alberto Fernández ya hizo lo propio este martes.
Características
Se trata de un bus Mercedes-Benz Typ 0-6600H, esa “H” es de “heck”, en referencia a “trasero” por la ubicación del motor. Precisamente su impulsor es el OM 315 de seis cilindros de 8.3 litros y 145 cv.
Detalles mejorables
A juzgar por las imágenes de época, el micro ya había sido en algún momento (mal) restaurado y muy probablemente fue ahí donde perdió originalidad; en las fotos de época (en blanco y negro) se percibe que los paragolpes no son negros sino color carrocería, la tipografía en las inscripciones laterales es diferente y las líneas blancas de la trompa convergían en un faro central. Tampoco tenía la estrella cromada.
Un Mercedes-Benz Type 0-6600H prestando servicio. Foto: Museo Eva Perón.
Otros dos detalles importantes que se perciben de esta nueva puesta en valor: se le colocó el emblema más moderno, en lugar de ese particular faro central del frente ahora se le puso un reloj analógico (?), perdió los cromados en los aros de los faros y se decidió pintarlos de negro, y se le agregó una imagen tipo stencil de Evita.
Desde luego que es preferible que se haya encarado esta restauración a que siguiera abandonado, pero en Argentina hay decenas de especialistas en la materia que podrían haber aportado sus conocimientos y habilidades para que el producto final sea mejor.
Contando con material fotográfico y fílmico como es sabido que hay, no hubiera resultado complejo lograr restaurarlo como alguna vez fue.
La unidad fue puesta en valor pero basada en una restauración anterior en la que perdió originalidad.
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