En medio de una alocada carrera por la electrificación, poco a poco se empiezan a escuchar algunas voces disidentes con peso específico dentro de la industria automotriz. En este caso la opinión -con fundamentos sólidos- es del CEO de Stellantis, Carlos Tavares, quien tras su paso por Brasil reconoció públicamente que (al menos) en ese país “el auto eléctrico no tiene sentido”.

La declaración es fuerte y quien la recogió fue el diario económico Valor, bajo el título “Brasileros no necesitan el auto eléctrico, dice CEO de Stellantis”, sin tergiversar la esencia de lo que este alto directivo admite, a pesar de que asegura que llevará modelos electrificados al país vecino porque “no pienso dejarle este nicho a mi competidor”.

¿En qué radica este cambio de opinión o de estrategia? Básicamente en que Brasil tiene en el etanol -extraído de la caña de azúcar- una fuente de energía que es limpia, accesible y poco contaminante que no justificaría un desarrollo de tecnología e infraestructura para darle lugar a la electrificación.

Como es sabido, los motores que se fabrican en Brasil están preparados para la tecnología Flex, esto quiere decir que admiten tanto combustibles fósiles (nafta) como biocombustibles (etanol), en este caso en una combinación de hasta 85% de etanol (E85), obteniendo diferente rendimiento de potencia (siendo incluso más alta con etanol).

Habiendo escuchado a “científicos” brasileros, Tavares declaró que “el auto eléctrico no tiene sentido en comparación con un auto que puede funcionar con 100% de etanol”. El ejecutivo que comanda a Fiat, Peugeot, Citroen, Jeep y RAM, entre otras marcas, se sinceró y añadió: “Sin mencionar que es mucho más caro para la clase media”, poniendo el foco en los altos costos que aún tiene esta tecnología.

Ante un panorama con altos costos y que no parecen que vayan a bajar en el corto plazo, Tavares se animó incluso a hablar de que los autos eléctricos son de “nicho”. “Si es más caro y no es mejor desde el punto de vista de las emisiones, ¿por qué haríamos eso? Bueno, la respuesta es muy simple: a nuestros competidores les gustaría vender autos eléctricos como una declaración moderna, elegante y ecológica a las personas adineradas de las zonas urbanas que compran el auto eléctrico como el segundo o tercer vehículo de la familia. Esto puede ser un nicho de mercado. No tengo la intención de dejar este nicho de mercado a mi competidor, así que estaré ahí también. Bienvenida la competencia”, puntualizó.

Y hasta dejó su parecer sobre lo que realmente necesita el consumidor: “Ahora, ¿lo necesita la sociedad, lo necesita el ciudadano? Mi evaluación honesta es no, no tienen que hacerlo porque tienen una muy buena solución para el planeta. También está el hecho de que Brasil tiene grandes tierras donde la producción de etanol no competirá con la producción de alimentos, lo que también es muy bueno para el país. Es una tecnología muy accesible y ya ha requerido inversión. Entonces, ¿por qué desperdiciarías los recursos de la sociedad en algo que no es mejor para el planeta?”.

No obstante, el portugués no piensa regalarle el terreno a otros competidores que no piensan de la misma manera: “¿Por qué, entonces, nosotros traería autos eléctricos a Brasil? Bueno, la primera razón es para competir con el líder del mercado, que es de lejos Stellantis, que es de lejos Fiat”.

“Sin revelar demasiados detalles sobre la planificación de producto aquí, también vamos a traer autos eléctricos a Brasil para luchar contra las personas que creen que pueden desestabilizar al líder del mercado que somos”, amplió.

¿Opinará lo mismo para la Argentina? Sería interesante saber qué piensa ante la presencia, por ejemplo, de una red de GNC ya instalada y con este combustible disponible por doquier.

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Toyota y BMW tampoco se la juegan 100% por los eléctricos

Hace pocas semanas, Toyota volvió a poner en duda que la electrificación total de la industria sea la solución a la contaminación ambiental y el futuro de la movilidad. “El tiempo está de nuestro lado. Esta escasez, no sólo de materiales para baterías, sino también de infraestructura de recarga, dejará muy claro que no hay una solución única para todos, y que la mejor respuesta es, en realidad, una mezcla de distintos tipos de vehículos”, declaró Gill Pratt, jefe científico de Toyota.

Esta declaración va en consonancia con lo que a fin del año pasado expresó nada menos que el CEO de Toyota, Akio Toyoda: “Falta tiempo para que los autos eléctricos se vuelvan populares, cómo los medios nos quieren hacer creer que está pasando”.

Otra automotriz que ya no oculta sus diferencias con el pensamiento único de la electrificación -con medidas apresuradas como la eliminación de los autos a combustión en 2030- es BMW. “Cuando mirás la tecnología que sale, el impulso de los vehículos eléctricos, debemos tener cuidado porque al mismo tiempo aumentás la dependencia de muy pocos países”, señaló Oliver Zipse, CEO de BMW, en clara referencia a China.

“Si alguien no puede comprar un auto eléctrico por algún motivo pero necesita un auto, ¿preferiría proponer que siga conduciendo su viejo auto para siempre? Si ya no estás vendiendo motores de combustión, alguien más lo hará”, argumentó el alemán.

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